Trabajo-coche-supermercado-tele-cama-trabajo.O sólo trabajo-cama-trabajo. ¿Es ésta tu rutina? Seguramente, como la de muchos de los que estáis leyendo esto. Si además añadimos algunas preocupaciones y la falta de tiempo (¡Siempre la falta de tiempo!) nos encontramos con una combinación perfecta que desconecta nuestro cuerpo. Torpes para excitar y excitarnos (no sólo sexualmente), nos volvemos incapaces de disfrutar de placeres eróticos en nuestro día a día. ¿Qué ha pasado? Tú capacidad erótica ha disminuido.
Pero el erotismo no es sólo sexo, sino placer. Cuando nuestra capacidad erótica disminuye no sólo disfrutamos menos del sexo, sino también de olores, besos, abrazos, miradas, pensamientos, imágenes o caricias.
Salgamos en busca de placer...
¿Cómo? Manteniendo nuestra mente en clave erótica. Es decir, abriendo nuestro cuerpo y nuestro pensamiento a ese placer que está esperándonos en forma de miradas diferentes, pensamientos cálidos, pequeños contactos, abrazos o buen sexo.
Mantener la mente en clave erótica consiste en reservar un espacio al erotismo, para percibir y experimentar el placer de nuestro alrededor desde la perspectiva de lo sensual. Algo así como ponernos una gafas eróticas con un efecto contrario al cansancio y a la rutina.
J.Y. Desjandins y C. Cépaultdesfinen la imaginación erótica como "la facultad del ser humano autoerotizarse mentalmente por la creación de fantasías". Es decir, pensar, imaginar, recordar o fantasear ayudará a que nuestro cuerpo y nuestra mente conecten con el placer, el deseo y la motivación sexual
¿Cómo puedo hacer esto?
Para empezar, al igual que algunas personas coleccionan sellos, te sugiero que tú colecciones lo que te erotiza. Pueden ser poesías, novelas, películas (no tienen porqué ser porno), fotografías, materiales, frases o recuerdos de miradas concretas. Con este ejercicio, mantendrás las gafas puestas, experimentando más fácilmente el erotismo y además te habrás hecho con una colección de placer siempre a tu disposición para ayudarte.
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