viernes, 29 de mayo de 2015

La pareja es una parte, no un todo



A menudo la gente cae en la trampa de entender su relación de pareja como un todo: "ella/el es lo que da sentido a mi vida", "sin ella/el no soy nada", "qué voy a hacer sin ella/el"... Sí, es muy romántico, pero es uno de los peores errores que se pueden cometer.
No podemos dejar el sentido de nuestra vida, o lo que es lo mismo, nuestra felicidad, en manos de otra persona, por mucho que la queramos.
La persona que elegimos para compartir nuestra vida es un ser importante, por supuesto que sí; pero no puede ser lo único.
Como seres individuales nuestra vida se completa con más cosas. Y nos conviene dedicar una parte del tiempo a nuestro propio crecimiento como personas. 
Nuestra autonomía emocional y nuestros objetivos en la vida son partes que no podemos dejar de lado.
Uno no puede dejar de ser quien es, no puede perder su esencia y su propia identidad para satisfacer a su pareja. Si es así, estamos alimentando un amor enfermizo, una relación basada en miedos y obsesiones.
Querer no es necesitar, querer es amar en libertad, querer es poder elegir, y querer a alguien es elegir a esa persona todos los días sin depender de ella. 

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