sábado, 21 de septiembre de 2013

¿CÓMO INFLUYE LA FAMILIA EN LOS PROBLEMAS QUE TIENE LA PAREJA?

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Empezar una relación de pareja siempre aporta una nueva ilusión en nuestra vida, esa sensación de estar más cerca de la felicidad, pero a la misma vez nos asaltan dudas ¿nos irá bien?, ¿le gustará a mi familia? La relación avanza y llega el momento de dar un paso más ¿boda?, ¿vivir juntos?

Cuando una relación de pareja avanza también lo hacen los problemas, las dificultades a superar, las cosas a negociar, y muchas veces, una parte de la pareja, quizá incluso ambas  se encuentran entre su pareja y su familia. Opiniones diferentes, formas contrapuestas de ver la vida, elecciones contrarias por estas dos partes que hacen sentirnos en medio de dos de las cosas más importantes de nuestra vida, como si cada uno tirase de nosotros en una dirección.

Esta situación es muy típica encontrarla entre los problemas más frecuentes que se dan en una relación. A veces nos cuesta separarnos de la opinión de nuestra familia, del ritmo y el tipo de vida que ellos esperan que tengamos, de las costumbres y organización familiar, sustituyendo todo esto por las de nuestra pareja. A veces podemos sentir que esto es incompatible, que se marcan caminos en direcciones diferentes y la elección de qué camino seguir la tenemos nosotros, sabiendo que esto puede ser un arma de doble filo: acercándonos hacia un lado pero inevitablemente alejándonos del otro.

¿Qué podemos hacer? ¿Cuál es la dirección correcta? ¿Por qué nos cuesta tanto empezar a andar nuestro propio camino alejándonos sin olvidarnos del que hasta ahora habíamos caminado?

Sentir esto es normal pero es bueno que elijamos nuestro propio camino, tomemos nuestras propias decisiones aunque ello no vaya siempre en la misma dirección en la que nuestra familia nos ha marcado. Tampoco me refiero a que nos salgamos totalmente de nuestro camino para incorporarnos de lleno en el de nuestra pareja. Porque ser adulto e independiente implica esto, implica DIFERENCIARSE de dónde venimos. No con la intención de rechazarlo, sino con la de crecer  y formar nuestro propio camino con esa persona que hemos elegido para que camine a nuestro lado. A la misma vez, una relación implica negociar, ceder pero también sentir que la otra parte cede y nos permite mantener algunas cosas.

Aquí está una de las virtudes, de las fortalezas y razones de éxito de una pareja, el saber compartir con esta nuestras pertenencias del pasado, sin imponer, aceptando y adaptándonos a las suyas y sabiendo diferenciar lo que forma parte de la pareja y lo que no.

Partimos de la base de que no es algo fácil pero te animo a separar esos caminos, a diferenciarte pero sin olvidar y valorar de dónde vienes.

Mª Isabel Naranjo Castro
Psicóloga Agencia Matrimonial Cyclo

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