Los
celos son opuestos al concepto de confianza. La presencia de estos en una relación
de pareja es inevitable ya sea al inicio, durante o al final. Se dan cuando
consideramos que aparece una amenaza hacia algo que valoramos como propio, en
este caso hacia nuestra pareja. Por ello, podemos decir que los celos no nacen
del amor sino del temor.
A pesar del incordio que suponen, cumplen una función en la historia de la especie humana permitiendo las relaciones monogámicas y fieles. De este modo, los celos son emociones que permiten garantizar a las personas la permanencia de su pareja y proteger la relación de pareja de esas amenazas.
¿Esto significa que hay que aguantar los celos de nuestra pareja?, ¿hasta cuándo hay que aguantarlos? Está claro que todos en algún momento sentimos celos y no por ello hemos de tacharlo como algo enfermizo sino como algo natural que hay que resolver y enfrentar con nuestra pareja poniéndole solución desde el principio para que esta situación no vaya a más.
Sin embargo, en muchas ocasiones, no se enfrentan los celos sino que se tapan evitando reconocer este hecho. Esto crea un ambiente tenso en el que incluso cuesta visualizar el motivo que lo causa, ya que el no reconocer los propios sentimientos y compartirlos con nuestra pareja propicia confusión dentro de lo que pasa en la relación.
En otras ocasiones, los celos no son algo que se puedan camuflar sino que se convierten en un problema abierto y difícil de controlar. Cuando los celos se escapan de la “normalidad” e incrementan de manera incomprensible ocasionando un control extremo sobre la pareja, en una obsesión como si esta fuera algo tan personal que podemos poseer y manejar, estamos ante un problema que necesita ayuda profesional.
En este momento, la persona celosa no suele darse cuenta del problema por lo que necesita que su entorno, su pareja o tal vez su familia, le tiendan la mano haciéndole consciente de la situación y buscando un profesional.
Por regla general, es un problema que se puede solucionar con la ayuda necesaria evitando que vaya a más, por ello, no aguantes esta situación que poco a poco desequilibra no solo a la persona sino también a la pareja y a todo lo que juntos habéis creado desde el amor y no desde el temor y los celos.
Mª Isabel Naranjo Castro
Psicóloga Agencia Matrimonial Cyclo
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